¿Por qué estas tan triste, hoy, alma doliente?
¿Por qué te acomodaste sobre melancolía?
¿Por qué has oído al que a tu corazón siempre miente?,
¿Por qué has permitido ganar a la apatía?
¿Por qué no miras a Aquel que es Luz?
Que venció todo lo que hoy te causa opresión,
Que avergonzó a las potestades sobre aquella cruz,
Y que puso en tus labios una nueva canción.
Mira hacia el cielo y ve su hermosa faz,
Reconócelo todos los días en tu diario vivir,
No peques en vano ni desprecies su preciosa paz,
Que ansioso te espera, no tardes en ir.
La muerte, ni el hades, ni vil potestad,
Podrá sobre ti, causarte algún mal,
Si hoy vuelves tu rostro con sinceridad,
Y si humillas tu alma, Él te exaltará.
Levántate pronto, regresa al camino,
Tendida quedaste, pero hoy ya no más,
Su mano te extiendo Aquel fiel amigo,
Y con Él andarás por toda la eternidad.
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